En el aniversario del nacimiento de la escritora inglesa Mary Shelley, recordamos su legado como novelista, ensayista, dramaturga y biógrafa, célebre por su obra maestra Frankenstein o el moderno Prometeo. Hija de la influyente filósofa Mary Wollstonecraft, pionera del feminismo y autora de La Vindicación de los Derechos de la Mujer, Shelley dejó su propia marca no solo en la literatura, sino también en el pensamiento crítico sobre el papel de las mujeres en la sociedad.
Mary Shelley plasmó un principio feminista fundamental: la autonomía de las mujeres, no como una lucha de poder entre los sexos, sino como un derecho esencial. Con esta reflexión, Shelley defendía que las mujeres deberían tener pleno control sobre sus vidas, cuerpos y decisiones, subrayando la importancia de la libertad individual como base para la igualdad real y la independencia de las mujeres.