La salud mental de las mujeres: un derecho, no un privilegio
por Elena Pérez González
Bruselas, Bélgica, 10 de octubre de 2024
El 10 de octubre, conmemoramos el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia del bienestar emocional y psicológico. En este día, queremos recordar a las mujeres que, al enfrentarse a trastornos de conducta o emocionales, soportan una doble carga: su lucha interna y la discriminación, marginación y violencia que a menudo sufren como consecuencia.
Estas mujeres son víctimas de una sociedad que, en muchos casos, invisibiliza y estigmatiza su sufrimiento, reforzando los prejuicios y estereotipos que las aíslan aún más. Es crucial recordar que los trastornos mentales no solo afectan el bienestar personal, sino que también se entrelazan con otras formas de opresión y violencia estructural que experimentan, especialmente aquellas mujeres en situaciones de vulnerabilidad, como la pobreza, la inmigración o la violencia de género.
Es fundamental ofrecer a estas mujeres no solo tratamientos adecuados, sino también entornos de apoyo donde sean escuchadas, comprendidas y tratadas con dignidad y respeto. Es esencial que reconozcamos sus experiencias y las validemos, entendiendo que sus luchas mentales no son motivo de rechazo ni burla.
Debemos comprometernos a crear espacios más inclusivos y compasivos para ellas, desmantelando los prejuicios que agravan su sufrimiento. La salud mental debe ser un derecho, y esto incluye la libertad de vivir sin miedo a la estigmatización y con el acompañamiento necesario.
Toda nuestra comprensión, empatía y respeto para que puedan acceder a la salud mental que merecen, sin enfrentar más barreras.
Como bien expresa Susanna Kaysen en su obra Inocencia interrumpida:
«Sé lo que es querer morir. Cómo duele sonreír. Cómo intentas encajar pero no puedes. Cómo te haces daño por fuera para intentar matar lo que sientes por dentro”.