Emma Goldman: pionera del anarquismo y del feminismo revolucionario
El 27 de junio de 1869, nació en Lituania Emma Goldman, una de las figuras más influyentes en la lucha por los derechos de las mujeres y la libertad individual. Proveniente de una familia judía ortodoxa, Goldman experimentó desde joven la persecución y el desplazamiento, lo que la marcó profundamente. A los 15 años, huyó de su hogar para escapar de un matrimonio arreglado por su padre, emigrando a Estados Unidos junto a su hermana.
En Estados Unidos, trabajó en una fábrica textil, donde tomó conciencia política y se unió a la huelga laboral. Su nivel de activismo creció rápidamente, volviéndose cada vez más comprometida y militante. Como resultado, fue detenida en cuatro ocasiones y considerada una de las personas más peligrosas de Estados Unidos. Finalmente, fue deportada a Rusia.
Sin embargo, su desilusión con la brutal represión del régimen soviético la llevó a trasladarse a Canadá, desde donde continuó su lucha revolucionaria. Emma Goldman apoyó numerosas causas, incluida la Guerra Civil española, donde colaboró con la República en defensa de la libertad. Su compromiso con la justicia social la convirtió en una activista anarquista y feminista incansable, defensora de la jornada laboral digna, del amor libre, de la homosexualidad y del derecho de las mujeres a controlar sus propios cuerpos.
Goldman falleció el 14 de mayo de 1940 en Toronto, tras sufrir un ataque cerebrovascular. Su vida y obra continúan siendo una fuente de inspiración, especialmente para las mujeres, en la lucha por nuestros derechos.
Emma Goldman, una mujer que amaba por encima de todo la libertad y la justicia, su historia nos enseña a levantar la voz contra las injusticias, a resistir la opresión y a no ceder jamás ante un sistema que relega a las mujeres a roles limitados y deshumanizantes.
«Puede que me arresten, me procesen y me metan en la cárcel, pero nunca me callaré; nunca asentiré o me someteré a la autoridad, nunca haré las paces con un sistema que degrada a la mujer a una mera incubadora y que se ceba con sus inocentes víctimas. Hoy declaro guerra a este sistema y no descansaré hasta que se allane el camino para una maternidad libre y una infancia saludable, alegre y feliz». Emma Goldman
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