«Cerró la habitación con llave y, una vez cerrada, me lanzó sobre un lado de la cama, golpeándome en el pecho con una mano. Metió una rodilla entre mis muslos para que no pudiera cerrarlos y, alzándome las ropas con dificultad, me metió una mano con un pañuelo en la garganta y la boca para que no pudiera gritar. Habiendo hecho esto, metió las dos rodillas entre mis piernas, apuntando con su miembro a mi cuerpo, comenzó a empujar y lo introdujo dentro. Le arañé la cara y le tiré del pelo, y antes de que lograra penetrarme por completo, lo agarré y le arranqué un trozo de carne».

Este es el desgarrador testimonio de Artemisia Gentileschi durante el juicio por violación contra Agostino Tassi.

Artemisia Gentileschi nació el 8 de julio de 1593 en Roma, Italia. Fue una destacada pintora caravaggista del siglo XVII e hija del pintor Orazio Gentileschi. Aprendió a dibujar desde pequeña, demostrando un talento excepcional que la llevó a firmar su primera obra, ‘Susana y los viejos’, a los 17 años.
A los 19 años, Artemisia fue violada por Agostino Tassi, quien era tanto amigo de su padre como su maestro. En un acto de valentía y desafío a las normas de su época, Artemisia denunció a su violador y, contra todo pronóstico, ganó el juicio ante un tribunal papal. Durante el proceso, fue sometida a torturas, incluyendo cuerdas enrolladas en sus dedos que se apretaban gradualmente, y exploraciones obstétricas, para probar la veracidad de su testimonio.

La experiencia de la violación marcó profundamente a Artemisia y se reflejó en su arte. A través de sus obras, narraba historias de mujeres fuertes y heroicas, desafiando las convenciones de su tiempo y reivindicando la fortaleza femenina. Sus pinturas no solo mostraban su increíble talento, sino también su resiliencia y determinación.

Artemisia Gentileschi es un símbolo de resistencia y empoderamiento. Su vida y obra nos recuerdan que, a pesar de las adversidades, la fuerza y el coraje pueden transformar el dolor en poder y creatividad.